viernes, 24 de abril de 2009

¿En serio lo vale?

Todos hemos escuchado el refrán que dice “¡la belleza cuesta!”, pero se refiere sobre todo a la belleza física de una persona y a todos los sacrificios que se hacen por estar en forma. Pero en esta ocasión les quiero comentar sobre otro tipo de belleza que también cuesta caro: las obras de arte millonarias. Estas obras son muy comunes en países más desarrollados que el nuestro, pues ahí existen más personas con poder adquisitivo para comprarlas. Estas obras por lo general están hechas por artistas muy reconocidos y es por eso que las personas acceden a pagar unos precios que a mi criterio son ridículos para una simple obra artística.
Aquí les tengo un ejemplo, la obra “Por el amor de Dios” de Damien Hirst, es un cráneo a base de 1.106´18 quilates de platino y diamantes incrustados. Aparentemente, debajo de toda esa composición de joyas se encuentra el cráneo de un europeo del siglo XIX. Pero lo más extravagante del trabajo es su precio, ya que dicha obra tiene cuesta nada más y nada menos que: ¡99 millones de dólares!


En mi opinión dicha obra es perfecta para los góticos multimillonarios que quieran y puedan pagar esa cantidad de dinero por un cráneo humano, pero honestamente creo que esos diamantes podrían haber tenido un mejor final siendo parte de alguna joya y no decorando un cadáver. Además, si alguien tiene 99 millones de dólares sobrantes en su bolsa creo que se les puede dar un uso mucho mejor en obras de caridad o incluso invirtiendo en alguna empresa para crear empleos. Lo malo del asunto es que las personas que compran estas obras no piensan en ningún momento en todo el bien que podrían hacer con ese dinero; y si alguna vez donaron algo estoy segura que no fue una cantidad tan exagerada como esa.
Son las situaciones como estas que nos ponen en evidencia lo mal repartido que está el mundo pues siempre hay alguien a que necesita de nuestra ayuda y nunca pensamos en eso cuando compramos algo para nosotros. Claro que no estoy en contra del arte en si, estoy en contra de los que se aprovechan de esto para ganar millones a costa de otras personas.

- Paola Peláez

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viernes, 17 de abril de 2009

Dibujar a mano alzada…. ¿Un arte en decadencia?

Al recordar nuestra infancia, uno de los elementos más significativos que se nos vienen a la mente son los dibujos animados, ya sea en una película, en un programa de televisión o en un libro. Estos formaron gran parte de nuestra vida, admirábamos como personajes tan fantasiosos vivían tantas aventuras. Es bueno notar que hoy en día la forma de hacer estos dibujos animados ha evolucionado muchísimo; hemos pasado de artistas que dedicaban su vida a ingeniar personajes y utilizar utensilios artísticos para llevarlos a la vida, a producir animaciones por computadores en las cuales sí participan creadores pero no utilizan sus propias manos pues han sido remplazados por programas de computadoras.

Observemos las siguientes imágenes y notemos la gran diferencia que existe entre ellas. La primera es una serie de creaciones antiguas de películas de Disney; en ellas puede apreciarse la gran habilidad de los dibujantes e inclusive puede captarse la personalidad del artista. Ahora bien, la segunda es cierto que se ve muy real y al momento de animarla tiene movimientos muy naturales, esto provoca la atracción de las nuevas generaciones.


Yo como amante del arte, pienso que el mundo se ha dejado llevar mucho por la corriente de la tecnología y no estoy en contra de ella pero creo que muchas veces, como lo es en el caso de las películas animadas, han matado en cierta forma la belleza del propio arte, en este caso el proceso de dibujar. Quisiera saber, ¿Cómo ven ustedes todo este proceso? ¿Creen que este arte pasará a la historia, o los amantes de éste legaran la tradición a nuevos dibujantes? Por mi parte espero poder seguir disfrutando de películas como lo fue Blancanieves o El Rey Leon.



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viernes, 3 de abril de 2009

¿Vale una imagen mil palabras?



Durante cientos de años, la historia escrita no existió. El conocimiento se transmitía oralmente o a través de imágenes, pero tomó mucho tiempo desarrollar un lenguaje escrito. Han pasado los siglos y hemos llegado a un punto que nuestro lenguaje es tan vasto que nos parece imposible utilizar todas las palabras que hemos inventado. Sin embargo, nunca olvidamos cómo los primeros hombres lograron transmitir sus ideas con dibujos muy primitivos pero muy expresivos.

Cuando estudiamos la historia de las distintas civilizaciones, siempre se da un gran enfoque en el arte. La arquitectura, la cultura, las pinturas, la poesía y la prosa son maneras de expresión muy valiosas. La mayoría llevan existiendo siglos y es interesante comparar los distintos movimientos que han surgido porque podemos apreciar cómo han ido evolucionando. Personalmente, creo que uno de los más interesantes es el de los retratos.

La manera más común de visualizar el pasado es viendo un dibujo o una pintura. Durante años las paredes de los castillos y palacios fueron adornadas por pinturas de reyes, reinas y distintos miembros de la nobleza. La naturaleza, las batallas, los eventos de gala, etc. fueron temas recurrentes para los artistas. Estos necesitaban mucho tiempo para capturar una imagen y una habilidad artística muy desarrollada para crear una buena obra.

Hoy en día, hemos tomado a ese artista y lo hemos desechado totalmente con la invención de la cámara. Con tan sólo un clic, podemos capturar una imagen en menos de un segundo. No importa la ocasión, no importa el lugar, una cámara sólo necesita ser accionada y captura las imágenes automáticamente. Pero, ¿acaso estamos volviendo al artista obsoleto?

Hay muchas opiniones pero yo no lo creo. La fotografía es la evolución de los retratos. El hecho de que cualquiera pueda tomar una foto no significa que lo hagan bien. Creo que al fotografía es un arte a la que no se le da suficiente crédito en nuestra sociedad. Ya sean fotos en blanco y negro, sepia, publicitarias o periodísticas, la fotografía es un arte que aún tiene mucho que ofrecer. Artistas como Tim Walker (http://www.thomastreuhaft.com/Tim_Walker/tw.html) que crean montajes complicados y detallados logran tomar fotos impresionantes. Walker utiliza muchos objetos en sus retratos pero estos son los que le dan vida a sus imágenes. Algunas personas consideran que se ven muy cargadas pero en realidad le dan un toque muy original.

También hay fotógrafos como Andrew Hefter (http://andrewhefter.com/index.php?x=browse&category=9) que con tan sólo 18 años, toman fotos muy realistas sin usar tantos extras. Las fotos de Hefter son sencillas pero saben cautivar la esencia de un momento. Entonces, ¿es la fotografía un arte emergente o decadente? Se dice que una imagen vale mil palabras, pero ¿en realidad creemos que el futuro de nuestra cultura está en los recursos visuales? ¿Podemos decir más con una imagen que con la prosa?

Por: Ximena Enríquez.